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Estrella Fernández de Sevilla y María Carmona Iragui reciben los premios “Young Investigator” del CIBERNED

De izqda. a dcha. M. Estrella Fernández de Sevilla y María Carmona Iragui
CIBER | miércoles, 4 de octubre de 2023

M. Estrella Fernández de Sevilla y María Carmona Iragui, investigadoras del CIBERNED han recibido los premios Young Investigator del CIBER en la edición internacional del Congreso de Enfermedades Neurodegenerativas que tuvo lugar en Málaga entre el 19 y 22 de septiembre.

M. Estrella Fernández de Sevilla García-Agenjo

La investigadora Estrella Fernández ha sido galardonada con el “Young Investigator Award” por su trabajo en "Insulin-like growth factor I mitigates post-traumatic stress by inhibiting AMP-kinase in orexin neurons", el cual ha sido realizado estando también adscrita al Instituto Cajal (CSIC).

El premio responde a un trabajo donde se ha proporcionado un novedoso enfoque terapéutico para el trastorno de estrés postraumático (TEPT, o PTSD por sus siglas en inglés) a través de la modulación de AMPK.

Según la Dra. Fernández de Sevilla, graduada en Bioquímica y con Máster en Fisiología y Neurociencia por la Universidad de Sevilla, “lo que hemos podido patentar es un compuesto que disminuye los comportamientos de estrés postraumático en un modelo animal. El estrés postraumático, y cualquier estrés -continúa la investigadora- constituye un riesgo de padecer cualquier demencia, y está asociado a un peor envejecimiento o degeneración. Además, la ansiedad, el estrés o la depresión son factores que están ligados a poder sufrir antes una enfermedad neurodegenerativa”.

La investigadora concluye que: “ahora es más necesario que nunca cuidar la salud mental respecto a: los hábitos de trabajo, la alimentación que llevamos, el cuidado de las horas de sueño, la importancia de hacer ejercicio… y nuestra investigación es un paso más en la lucha contra el estrés”.

María Carmona Iragui

Por su parte, María Carmona Iragui investigadora del CIBERNED ha sido reconocida con el “Young Clinical Investigator Award” por su trabajo "Diagnostic and prognostic performance and longitudinal changes in plasma neurofilamente light chain concentrations in adults with Down syndrome in a cohort study". Carmona es además, investigadora del Grupo de Neurobiología de les Demencias en el Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y neuróloga en el mismo hospital.

La Dra. Carmona ha participado en la implementación de un plan de salud pionero y un programa de investigación de biomarcadores único para adultos con síndrome de Down. 

“Este artículo científico analizó el papel de un biomarcador en sangre, el neurofilamento de cadena ligera, para estudiar su rol de diagnóstico y pronóstico de la enfermedad de Alzheimer asociada al Síndrome de Down. Las personas con este síndrome tienen, por su genética, una enfermedad de Alzheimer predeterminada”.

Por esta circunstancia, en pacientes con síndrome de Down en los que hay sospecha clínica de enfermedad de Alzheimer, disponer de un biomarcador sanguíneo que aumente la certeza diagnóstica y también tenga valor pronóstico es de gran utilidad en el ámbito de la enfermedad.

Para ello, explica Carmona, “llevamos a cabo un estudio multicéntrico internacional con seis centros participantes en el que reclutamos un grupo de adultos con Síndrome de Down. Analizamos sus datos clínicos y sus muestras de sangre, y pudimos demostrar que el neurofilamento de cadena ligera es un biomarcador excelente, tanto para el diagnóstico como para poder identificar la progresión de la enfermedad de Alzheimer en las personas con Síndrome de Down”.

Según la investigadora, y de cara al futuro del Alzheimer: “por primera vez en muchos años se han aprobado nuevos tratamientos en EEUU. Si bien, por ahora, tienen un efecto modesto, los resultados son robustos y abren una puerta a la esperanza a toda la comunidad de pacientes, cuidadores y a la comunidad científica. Por primera vez se han encontrado medicamentos que pueden cambiar el curso de la enfermedad”.

Sin embargo, apunta, “es verdad que el sistema sanitario en la actualidad no está preparado para soportar la carga que conllevará el uso de estos tratamientos cuando se aprueben en España, por la necesidad de unidades especializadas, hospitales de día, resonancias magnéticas, entre otros recursos, que se necesitarán, y tendrá que adaptarse. Por otro lado, todavía hay que ver qué pacientes serán candidatos a recibir estos fármacos, según la ficha técnica de su aprobación. Aún así, el futuro es esperanzador y por primera vez en muchos años podemos ser optimistas”, concluye Carmona.

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