Gema García, investigadora de la U755 CIBERER que lidera José María Millán en el IIS La Fe, lidera un proyecto de búsqueda de biomarcadores de respuesta al tratamiento en pacientes con atrofia muscular espinal (AME) que ha sido seleccionado en la convocatoria anual de Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña, que lo financiará con 100.000 euros.
La atrofia muscular espinal es una enfermedad rara neuromuscular, de carácter genético, que se manifiesta por una pérdida progresiva de la fuerza muscular. La AME afecta a aproximadamente uno de cada 10.000 nacidos vivos y alrededor de una de cada 50 personas es portadora de la anomalía genética. Se estima que en España entre 300 y 400 familias cuentan con algún miembro afectado.
Hasta hace poco tiempo, los menores afectados con AME tipo 1 morían antes de los dos años. Actualmente existe un tratamiento disponible para estos pacientes y se ha demostrado que aplicarlo de forma precoz es fundamental para un buen pronóstico. También se están realizando ensayos clínicos adicionales que han mostrado resultados muy prometedores en la clínica de los pacientes o en los modelos utilizados.
A pesar de este panorama esperanzador, no todos los pacientes responden del mismo modo al tratamiento. Gema García, responsable del proyecto, explica que “hay algunos pacientes que no responden al tratamiento o no lo hacen de la forma esperada. Por eso queremos encontrar marcadores biológicos cuantitativos complementarios a las pruebas motoras para evaluar la respuesta al tratamiento”.
Predecir y monitorizar la respuesta al tratamiento
El proyecto buscará biomarcadores que permitan predecir y monitorizar la respuesta a los distintos tratamientos y explicar la falta de respuesta al tratamiento de algunos pacientes. Los resultados ayudarán a saber por qué unos niños responden mejor que otros y generarán información de vital importancia en un escenario como el actual de avance en el campo de las terapias para la AME.
Según la doctora García, “si sabemos cómo va a responder y evolucionar un paciente con el tratamiento, podemos elegir la terapia más adecuada y permitir que esos niños tengan el mejor pronóstico posible”.
El proyecto prevé, mediante el uso de transcriptómica en exosomas de muestras de líquido cefalorraquídeo antes del tratamiento y a diferentes estadios después del tratamiento, encontrar un biomarcador o una combinación de biomarcadores que permitan predecir y monitorizar la respuesta a los distintos tratamientos.
Los niños que no reciben tratamiento temprano padecen una gran dependencia y discapacidad que les impedirá realizar acciones tan básicas como sentarse sin ayuda. Nueve de cada diez pacientes con AME tipo 1 mueren si no reciben tratamiento o necesitan ventilación mecánica permanente antes de los 2 años de vida.
Equipo multidisciplinar
Junto a Gema García, en el proyecto participan los investigadores de la U755 CIBERER José María Millán, Teresa Jaijo y Elena Aller, que se encargan desde hace años del diagnóstico genético y prenatal de la AME en la Unidad de Genética del Hospital Universitari i Politècnic La Fe.
También forman parte del proyecto Juan Francisco Vázquez, neurólogo especializado en enfermedades de motoneurona y con gran experiencia en el estudio de biomarcadores ecográficos y neurofisiológicos, e Inmaculada Pitarch, neuropediatra experta en enfermedades neuromusculares de la infancia. Ambos son los responsables de la administración del tratamiento y seguimiento de los pacientes con AME y participan en numerosos ensayos clínicos relacionados con la enfermedad.
Gracias al trabajo coordinado de este equipo multidisciplinar, desde la aprobación del tratamiento en los pacientes, en los servicios de neurología y neuropediatría de este hospital se ha valorado exhaustivamente a los pacientes, recogiendo los datos necesarios para fijar la indicación del tratamiento y monitorizar la respuesta al mismo.
Además, en el Biobanco La Fe se han almacenado muestras de suero, plasma y líquido cefalorraquídeo de todos los pacientes que han recibido el tratamiento. Gracias al trabajo realizado previamente, el equipo de la doctora García dispone de todos los datos y muestras para iniciar la parte experimental de búsqueda de biomarcadores.