Investigadores del CIBERER han liderado un estudio que evidencia que los afectados por deficiencia de antitrombina tienen un riesgo más de 300 veces mayor de sufrir trombosis en edad pediátrica. Los datos de este trabajo, realizado sobre la mayor cohorte mundial de esta enfermedad rara, apoyan el interés de realizar un cribado familiar en portadores de esta alteración, pues ayuda a realizar una correcta profilaxis antitrombótica también en niños que reduce las situaciones de riesgo.
La trombosis es una enfermedad asociada con la edad, pero ciertos factores ambientales y genéticos pueden anticiparla. Entre estos últimos factores, los que tienen mayor riesgo trombótico son aquellos que causan la deficiencia cuantitativa o cualitativa de determinadas proteínas que participan en la regulación de la coagulación. Entre esas situaciones la más agresiva es la anomalía de un anticoagulante natural conocido por antitrombina, pues su deficiencia da lugar a cuadros bien definidos en adultos de trombosis venosa y embolismo pulmonar.
Curiosamente, si bien conocemos el riesgo de trombosis en deficientes de antitrombina en edad adulta, se desconoce el impacto que tiene esa deficiencia en el riesgo trombótico en el periodo neonatal, la infancia y la adolescencia. De hecho, la trombosis pediátrica es un desorden muy raro (<1/10000).
La U765 CIBERER en el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria, que es centro de referencia internacional en el estudio de trombofilia hereditaria, en colaboración con el Departamento de Hematología de la Universidad de Bruselas, ha unificado los pacientes que presentaban deficiencia de antitrombina estudiados en estos dos centros durante los últimos 25 años. Los investigadores, además de caracterizar bioquímica y molecularmente los 968 pacientes que habían sido diagnosticados entre ambos centros (la mayor serie mundial de este desorden congénito), registraron la presencia de trombosis desde el nacimiento en cada uno.
Este estudio, el más amplio e informativo realizado hasta la fecha, acaba de ser publicado en Haematologica, la prestigiosa revista de la Asociación Europea de Hematología.
En 73 pacientes, que corresponde al 8%, apareció la primera trombosis antes de los 19 años. En 15 casos la trombosis fue en el periodo neonatal, en el primer mes de vida, y 49 era adolescentes, entre 12 y 19 años. Los otros 9 pacientes sufrieron una trombosis después del mes de nacimiento y antes de los 12 años. La trombosis fue un poco mayor en varones (55%). Estos datos, comparados con población de la misma edad y sin deficiencia de antitrombina, indican un incremento del riesgo de trombosis 300 veces para los portadores de este desorden congénito.
Los investigadores, liderados por Javier Corral (U765 CIBERER), comprobaron que el riesgo es especialmente elevado durante el periodo neonatal y en la adolescencia. En el periodo neonatal la trombosis tiene una mayor gravedad pues suele aparecer en vasos cerebrales, mientras que en el periodo de la adolescencia la presentación de la trombosis es similar a la que aparece en adultos con deficiencia de antitrombina, en vasos de las piernas y embolismo pulmonar, y se asocia con la presencia de factores hormonales (embarazo, anticonceptivos…). Finalmente, identificaron que un tipo de deficiencia, la llamada tipo I, es la que mayor riesgo de trombosis pediátrica genera.
Los datos mostrados en este estudio son los más extensos conseguidos y aportan una información relevante para el abordaje que se debe adoptar en estas situaciones. En concreto, se muestra como los niños con esta trombofilia grave pueden tener eventos trombóticos y que estos pueden tener elevada morbimortalidad. Estos resultados avalan el cribado de esta alteración en todos los miembros de la familia de un portador, ya que de este modo se puede prevenir la aparición de eventos trombóticos también en niños.
El trabajo muestra situaciones o factores que deben evitarse para reducir la incidencia de trombosis en estos pacientes en el periodo pediátrico desde el nacimiento, como no realizar procedimientos invasivos en el parto y periodo inmediatamente posterior, como extracción con fórceps, ventosas, etc. Igualmente se deben evitar también actividades que conllevan riego trombótico desde edades tempranas y en la adolescencia, especialmente la prohibición de toma de anticonceptivos orales, pues incrementan notablemente el riesgo de trombosis.
Incidence And Features Of Thrombosis In Children With Inherited Antithrombin Deficiency. Belén de la Morena-Barrio, Christelle Orlando, María Eugenia de la Morena-Barrio, Vicente Vicente, Kristin Jochmans, Javier Corral. Haematologica Doi:10.3324/haematol.2018.210666